lunes, 19 de septiembre de 2016

¡No dejes de ver a lo lejos!

18 Ese mismo día, Gad volvió adonde estaba David y le dijo: «Sube y construye un altar al Señor en la parcela de Arauna el jebuseo.»
19 David se puso en camino, tal como el Señor se lo había ordenado por medio de Gad. 20 Arauna se asomó y, al ver que el rey y sus oficiales se acercaban, salió y rostro en tierra se postró delante de él. 
21 —Su Majestad —dijo Arauna—, ¿a qué debo el honor de su visita?
—Quiero comprarte la parcela —respondió David— y construir un altar al Señor para que se detenga la plaga que está afligiendo al pueblo. 2 Samuel 24:18-21.
Me encanta cuando leo en otra versión (DHH) el versículo 20, dice: "Arauna estaba mirando a lo lejos"; en la versión (NVI) que estamos ocupando dice: "Arauna se asomó". Es decir, de todas las formas el se encontraba con la expectativa de que algo o alguien iba a venir. Es esperanzador cuando nuestra actitud es mirar todos los días a lo lejos, esperando que vengan nuevas oportunidades, conexiones divinas, regalos inesperados. Esa parte específicamente del fragmento nos da una luz, es que no importa lo que viniese, por que si Dios había dado orden de que se cumpliera entonces era un privilegio en la vida de aquel hombre. 
No juzgues lo que Dios te envía.
En esta ocasión vemos que Arauna no recibe a cualquiera sino al mismísimo David, el rey. Pero que sucede cuando lo que recibimos no pareciese algo grande. Por ejemplo si vemos desde otro punto de vista el nacimiento de Jesús, cuando los magos son guiados por la estrella para encontrarse con un niño, el Rey de reyes y Señor de señores, en el pequeño establo de Belén. Quizás otros hubieran dicho, ¿Señor esto es todo?, ¿Viaje de tan lejos para ver a un niño? ¿Acaso no debería estar en un hotel de 5 estrellas? ¿Es tu hijo no?
No importa si Dios te da pequeños comienzos desde ahora, debes atesorarlos, no importa quien este a la par tuya esa persona el día de mañana puede ser el próximo gran ministro del evangelio, dueño de una compañía, un gran salmista, el presidente de la nación y hasta tu propio jefe. 
Pero la emoción  de los magos no cambio, por que rápido se inclinaron ante aquel que lo dio todo por ti y por mi. Ahí se encontraba un niño pero ellos a lo lejos veían a un Rey que próximamente las naciones se inclinarían ante El y todas las cosas quedarían sujetas a su Nombre.
Recuerdo que a mis 15 años Dios me empezó a dar mucha revelacion de las escrituras y yo me la pasaba escribiendo sin leérselas a nadie. Sin embargo el me decía que valorara esos momentos. Esas frases cortas, que fueran un especial tesoro por que lo que me correspondía hacer a mi era solamente ver a los lejos, lo que viniese era solamente la gracia divina saliendo a mi encuentro. ¡No dejes de ver a lo lejos!

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