miércoles, 20 de noviembre de 2013

Vuelve siete veces parte II

Escuche una vez una historia real de dos hombres que estaban en un hospital, uno de ellos se encontraba junto a la ventana y el otro contiguo al primero. Este último no podía ver lo que sucedía pues estaba totalmente inmovilizado, a tal grado que no sabía que estaba el otro a su lado; pero en una ocasión pregunto: “¿Se encuentra alguien ahí, escucho toser a alguien?”. Si respondió el otro de súbito. Continúo la conversación, y le dijo: cuéntame que ves por la ventana ya no aguanto de ver el techo de este hospital. Te cuento que allá afuera se ven árboles, personas caminando, mujeres preciosas, niños jugando afirmo el otro.

“El hombre que podía ver lo que pasaba a los alrededores era los ojos del otro”; grábate esa frase nos servirá mucho después.

Transcurrió el tiempo, estas conversaciones continuaron, cuando un día pregunta de nuevo: ¿¡Oye amigo que observas ahora por la ventana!? El otro, no respondió, ya había partido.
Cuando la enfermera regreso para ordenar la cama y poner todo en orden, el hombre inmovilizado le pregunto: ¿Ahora quien me contara lo que sucede a través de la ventana? La enfermera extrañada le respondió que ninguna ventana se encontraba ahí, solamente había un paredón grande, además el hombre que había fallecido era ciego. El hombre quedo atónito ante tal afirmación. Amigo/a la enseñanza de todo esto es que el hombre tenía una mente positiva ante la adversidad. ¡No echo los abrazos, siguió peleando!

18 Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos. Efesios 1:18

Cuando se refiere a los ojos del corazón, se refiere a nuestra mente. Por eso, te animo a tomar la iniciativa de renovar tu mente con la palabra de Dios. La clave está aquí:

Primero en creer y lo segundo lo encontramos en 1 reyes 18: 42-43: “42 Acab se fue a comer y beber, pero Elías subió a la cumbre del Carmelo, se inclinó hasta el suelo y puso el rostro entre las rodillas.
43 —Ve y mira hacia el mar —le ordenó a su criado.”


Una mente que es renovada por el Señor cree y también es obediente como lo vemos en el pasaje anterior. La obediencia es parte del crecimiento y de ver cosas nuevas. ¡TE ANIMO A TENER UNA MENTE POSITIVA!

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