Escuche una
vez una historia real de dos hombres que estaban en un hospital, uno de ellos
se encontraba junto a la ventana y el otro contiguo al primero. Este último no
podía ver lo que sucedía pues estaba totalmente inmovilizado, a tal grado que
no sabía que estaba el otro a su lado; pero en una ocasión pregunto: “¿Se
encuentra alguien ahí, escucho toser a alguien?”. Si respondió el otro de súbito.
Continúo la conversación, y le dijo: cuéntame que ves por la ventana ya no
aguanto de ver el techo de este hospital. Te cuento que allá afuera se ven
árboles, personas caminando, mujeres preciosas, niños jugando afirmo el otro.
“El hombre
que podía ver lo que pasaba a los alrededores era los ojos del otro”; grábate
esa frase nos servirá mucho después.
Transcurrió
el tiempo, estas conversaciones continuaron, cuando un día pregunta de nuevo:
¿¡Oye amigo que observas ahora por la ventana!? El otro, no respondió, ya había
partido.
Cuando la
enfermera regreso para ordenar la cama y poner todo en orden, el hombre
inmovilizado le pregunto: ¿Ahora quien me contara lo que sucede a través de la
ventana? La enfermera extrañada le respondió que ninguna ventana se encontraba
ahí, solamente había un paredón grande, además el hombre que había fallecido
era ciego. El hombre quedo atónito ante tal afirmación. Amigo/a la enseñanza de
todo esto es que el hombre tenía una mente positiva ante la adversidad. ¡No
echo los abrazos, siguió peleando!
18 Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón
para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su
gloriosa herencia entre los santos. Efesios 1:18
Cuando se refiere a los ojos del corazón, se refiere a
nuestra mente. Por eso, te animo a tomar la iniciativa de renovar tu mente con
la palabra de Dios. La clave está aquí:
Primero en creer y lo segundo lo encontramos en 1 reyes 18:
42-43: “42 Acab se fue a comer y beber, pero
Elías subió a la cumbre del Carmelo, se inclinó hasta el suelo y puso el rostro
entre las rodillas.
43 —Ve
y mira hacia el mar —le ordenó a su criado.”
Una mente que es renovada por el Señor cree y también
es obediente como lo vemos en el pasaje anterior. La obediencia es parte del
crecimiento y de ver cosas nuevas. ¡TE ANIMO A TENER UNA MENTE POSITIVA!
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